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El desarrollo de videojuegos y .NET han tenido una relación… complicada.

Se cumplen 20 años desde que Unity lo convirtió en una potencia, pero también en una cárcel. Decisiones técnicas y de negocio nos han dejado un legado (pun intended) extraño: - una plataforma cada vez más odiada y menos amada; - menos actualizada y más abandonada; - tan atada a su propio pasado como atada se siente la gente que se ha acoplado a ella. Pero que, con todo eso, sigue reinando en la cuota de mercado (y en pérdidas, a la vez).

En los últimos años, Godot ha entrado en escena como el único motor donde desarrollar en un ecosistema real, actualizado y contemporáneo de .NET Core. Sin embargo, aún está en pañales y su carencia de features básicas o integraciones le aleja del mercado profesional. Pese a ello, empiezan a escucharse muchas empresas de renombre que dedican side projects de I+D a investigar la plataforma, quizá teniendo una vía de escape en caso de necesitarla.

Acompañadme en esta historia de justo dos décadas donde: - .NET Framework todavía está a la orden del día. - WPF sigue siendo la mejor opción para hacer UI (¿recordáis Windows Forms o Microsoft Silverlight?). - Lo normal es no saber diferenciar entre solución y proyecto. - Difícilmente vemos un constructor, una interfaz, un test automático o un herramienta de inyección de dependencias. ¡Entenderéis por qué siempre decimos que no entréis en la industria de videojuegos!

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